Hedonismo Social

El veneno como arma

GEORGI MARKOV era un escritor búlgaro exiliado desde 1969 en Londres, donde trabajaba para la BBC. Su figura tenía una gran influencia sobre los disidentes búlgaros del régimen comunista de Todor Zhivkov, quien en junio de 1977 decidió silenciar a un personaje molesto. La orden fue dictada en una reunión del Politburó y encargada al entonces ministro del Interior, Dimiter Stoyanov, quien pidió la asistencia del KGB.

Markov ya había sufrido dos tentativas contra su vida, una en Londres y otra durante un viaje a Cerdeña, pero ambas fracasaron. Sin embargo, el 7 de septiembre de 1978, el día del cumpleaños del dictador búlgaro, Markov se dirigió como de costumbre a coger el autobús cerca del puente de Waterloo. Se situó en la cola, pero, repentinamente, notó un pinchazo en su muslo derecho. Se giró y pudo observar a un hombre que estaba manipulando un paraguas, por lo que no sospechó nada extraño. El hombre pidió perdón y se marchó en busca de un taxi. Era un hombre delgado de unos 40 años.

Markov comentó el incidente con sus compañeros y observó que tenía una pequeña herida en su muslo, pero no le dio mayor importancia. Cuando regresó a su casa comenzó a sentirse enfermo, con una fiebre alta. Al día siguiente fue al hospital, donde se le apreció la existencia de una punción y se le diagnosticó una septicemia. Markov falleció a los tres días de haber recibido el pinchazo con el paraguas. En la autopsia se descubrió la existencia de una pequeña esfera de 1,52 milímetros de diámetro compuesta en un 90% de platino y en un 10% de iridio.

Tras la caída del régimen soviético, dos antiguos oficiales del KGB admitieron públicamente la participación de los servicios secretos soviéticos en este asesinato. La esfera contenía una dosis de ricino. El hombre del paraguas era un delincuente italiano contratado por los servicios secretos búlgaros.

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